Novedades

porque-hacer-terapia-un-espacio-para-sanar-reflexionar-y-crecer

A lo largo de la vida todos enfrentamos desafíos, preguntas y momentos de incertidumbre. Algunas veces, las respuestas parecen lejanas y las emociones difíciles de comprender. En esos momentos, la terapia puede ofrecer un espacio seguro para explorar lo que nos pasa, conocernos mejor y buscar un alivio para el sufrimiento.

Muchas personas asocian la terapia únicamente con atravesar un gran dolor o una crisis, pero lo cierto es que hay muchas razones por las que alguien puede decidir comenzar un proceso terapéutico. No todas implican un sufrimiento extremo, y eso está bien.

A continuación, te contamos algunos motivos frecuentes:

Cuando el malestar emocional interfiere con la vida diaria

Sentimientos de tristeza profunda, ansiedad que no se va, problemas para concentrarse o dificultad para disfrutar las cosas que antes daban alegría. Estas emociones, si persisten en el tiempo, pueden indicar que hay algo que necesita ser escuchado.

Para comprendernos más profundamente

La terapia no solo es un espacio para sanar, sino también para descubrirnos. Muchas personas inician terapia para entenderse mejor, reflexionar sobre sus decisiones, o sobre los patrones que se repiten en su vida y/o en sus vínculos. Este autoconocimiento puede ser la clave para transformar cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás.

Dificultades en las relaciones

Las relaciones –ya sean de pareja, familiares, de amistad o laborales– suelen ser fuentes tanto de alegría como de conflicto. Si te sientes atrapado en patrones de vínculos que te generan insatisfacción o si algo en tus relaciones no funciona como quisieras, la terapia puede ayudarte a comprender qué está pasando.

Cuando atravesamos un cambio importante

Mudanzas, cambios de trabajo, rupturas, nacimientos, pérdidas o cualquier situación que implique adaptarse a una nueva realidad puede traer consigo emociones complejas. La terapia ofrece un espacio para procesarlas y encontrar herramientas que nos permitan adaptarnos mejor.

Cuando sentimos que “algo no está bien” pero no sabemos qué

No siempre es necesario tener claro el motivo para empezar terapia. A veces, solo hay una sensación de vacío, insatisfacción o incomodidad que no logramos definir. Ese “algo” puede ser el punto de partida para explorar y entender qué nos pasa, y llegar a poner en palabras eso que estamos sintiendo.

Para aprender a cuidar de nosotros mismos

La terapia también puede ser un lugar para reflexionar sobre cómo nos tratamos, cuánto nos exigimos y qué necesitamos. A veces, aprender a priorizarnos o a poner límites es un gran motivo para comenzar un proceso terapéutico.

¿Cómo saber si necesitas empezar terapia?

No existe una fórmula exacta. Sin embargo, una señal importante es el malestar: si hay algo que afecta tu bienestar o sientes que necesitas un cambio, puede ser el momento de buscar ayuda. La terapia no es solo para los momentos más oscuros, también es para cuando queremos crecer, conocernos y vivir de una manera más plena.
Empezar terapia es un acto de cuidado hacia uno mismo. Es elegir un espacio donde te sentirás escuchado y comprendido, sin juicios. Un espacio donde es posible poner en palabras lo que duele, lo que confunde o lo que simplemente necesita ser expresado.

Lic. Evangelina Verónica Dip

¡Estamos para ayudarte!
¡Agenda tu sesión ahora y empieza tu proceso de cambio!